Tras la derrota electoral sufrida por los sectores políticos retardatarios y hegemónicos en Antioquia, volvió a ponerse de moda la exótica idea de “Antioquia federal”, que traducida en palabras menos necias significa que Antioquia debe separarse del resto de Colombia, a una suerte de independencia basada en ilusorias superioridades que les son injustamente limitadas a los paisas.
Mientras muchas personas, incluso con destacada formación profesional, tramitaban sus frustraciones electorales a través de la reedición de semejante disparate, el electo presidente Gustavo Petro anunció la designación del exsecretario de gobierno de Medellín, Esteban Restrepo, como responsable del “empalme para las relaciones presidenciales con Antioquia”, como queriendo dar una segunda taza de caldo no querido a los perdedores, sin calcular que con ello, que también está disparando fuego amigo a muchos de sus electores en la región, hastiados de la taza envenenada que representa la gavilla de oportunistas que (mal) gobierna a Medellín.
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